martes, 17 de junio de 2008

Caso Emmeret Hobson

Aparentemente parecía tener no mas de 25 años, ojos negros, barba de tres días y pelo corto. Vestía vaqueros rotos una camiseta con un logo de algún grupo del momento y una cazadora. Se llamaba James y seria el peor problema con el que me habría topado en mucho tiempo.

-Pon otra ronda de lo mismo para los dos por favor.- le dijo a Joe que ni siquiera alzo la vista, supuso que seria algún conocido mío por el tono en que pidió las bebidas.

-¿A quien se debe el honor de que pueda emborracharme gratis?

-Me llamo James, un placer.- mientras me tendía la mano a la vez que se encendía un cigarrillo. –Y nadie ha dicho que sea gratis.- dijo con media sonrisa.

-Entonces puedo levantarme cuando quiera e irme, si la cerveza corre de mi cuenta.-

-Puedes hacerlo, si, pero no creo que lo hagas si me dejas cinco minutos de tu tiempo.-

-¿Qué quieres? No tengo mucho que hacer, pero pasar el rato en este bar con un desconocido, no acaba de convencerme.-

-Dentro de cinco minutos ya no seremos desconocidos.-

-Empieza a hablar pues.-

Mientras Joe nos servía otra ronda de cervezas, el tipo que se sentaba a mi lado empezó a contarme que se dedicaba a la construcción, le iba bastante bien y con ello podía mantenerse a él y a la mujer con la que apenas llevaba un año, no recuerdo que nombre me dijo.

-¿Me estás contando todo esto para ofrecerme trabajo?.-

-Puede ser.-

-No gracias, tengo suficiente con el taller de Francys, no me va eso del pluriempleo y tampoco….-

-Vaya! ¿trabajas en el taller de Francys? Dile de mi parte que el Dodge que le deje hace una semana, solo era para un cambio de aceite, no se que coño estará haciendo con mi coche.-

Estaba en lo cierto, hace una semana entro en el taller un Dodge Charger con el que trabajé hace un par de días para un cambio de aceite. El coche ya no estaba en el taller, supuse que ya se lo habrían llevado, pero pensé que era mejor no decirle ese detalle.

-Entonces, si no es trabajo lo que me ofreces, ¿que quieres?.-

-Si que te ofrezco un trabajo, pero no es un empleo de nueve a cuatro, ¿me vas siguiendo?.-

-Puede, sigue.-

-Te conozco, se quien eres, Emmeret Hobson el tipo que hace unos años consiguió amasar una fortuna por robar a los mas adinerados de California, lo dejabas todo en orden y nadie sospechaba hasta que miraban en la cartera o la caja fuerte. Como si fueras una especie de justiciero, lo malo es que lo que robabas a los ricos te lo quedabas tú y no se lo dabas a los pobres.- dijo mientras miraba el vaso de cerveza con una gran sonrisa.

En ese momento le miré sorprendido, todo lo que dijo era cierto, pero nunca me cogieron por cometer esos robos, obtuve gran cantidad de dinero, pero juntarse con malas compañías para conseguir gloria y fortuna traía como consecuencia devolver el favor por duplicado, y si además tienes dinero en los bolsillos es más complicado. Se puede decir que lo perdí todo por seguir con vida.

-¿Por qué crees que soy yo el hombre del que hablas?-

-Fácil. Me robaste a mí

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